martes, 1 de octubre de 2024

Crónica de nuestro viaje a Zumaia

Flysch de Zumaia
Sonó el despertador y salté de la cama rápidamente. Al bajar a la cocina para desayunar, lo primero que vi fue mi flamante maleta en el recibidor de la casa. Todavía el sueño invadía mi cuerpo, pero al verla con aquel lazo morado, para distinguirla de las demás, me alegró el día. 

¡Nos íbamos de viaje a un hotel con Spa,en Zumaia! Mi cabeza pensó qué relax y qué descanso.Por fin salí de casa, y llegué a la parada del autobús. Había ya mucha gente, mucho bullicio, nos conocíamos casi todos, pues el viaje lo organizó el Ayuntamiento de Lantaron e íbamos gente de sus doce pueblos. 

El día se presentaba espléndido, salíamos con ganas de disfrutar la experiencia. El viaje fue corto, aproximadamente una hora y cuarto. Íbamos charlando animadamente, por cierto el chófer era muy amable y simpático.

Algunos teníamos dudas sobre el hotel donde nos íbamos a alojar. Había rumores, mejor dicho, había en Internet reseñas que no eran favorables: que si estaba sucio, que si las instalaciones eran anticuadas, que si el personal no era amable, etc. Yo pensaba que alguna cosa buena tendría que haber y nunca me puse en lo peor.

Ermita sobre Flysch

Llegamos a Zumaia un bonito pueblo vasco que ya conocíamos casi todas. Su puerto, sus barcos, su famosa Ermita de San Telmo, cuya fama aumentó desde que se rodará allí la película Ocho apellidos vascos, que fue muy taquillera.

El autobús nos dejó en una parada y personal del hotel recogió las maletas en furgonetas, porque el Ayuntamiento de Zumaia, no deja subir autobuses hasta el hotel. Así que subimos andando, estaba relativamente cerca el hotel. Atravesamos un paseo peatonal lleno de árboles y algún banco, y ¡menos mal porque la subida era en cuesta! Así quien lo necesitaba pudo descansar y hacer una pequeña parada.

Al llegar al hotel ¡Oh sorpresa! Estaba ubicado en un acantilado, se veía el mar, con todo su esplendor, rodeado de montañas verdes y la famosa Ermita coronaba el paisaje, en un lugar espectacular!

Después de coger las llaves en recepción, subimos a la habitación. La nuestra era normal y las ventanas no daban al mar. Pero estaba limpia y tenía lo necesario para estar cómodas. El baño estaba reluciente,lo único a destacar fue una araña despistada en un rincón y dos minúsculos bichitos petrificados en la pared, pero no nos importó. Vivimos en el campo, y siempre entra algún bichito en casa. Así que los eliminamos, y a otra cosa mariposa.

Lo primero que hicimos fue darnos un baño en el spa con agua de mar calentita, con sus chorros y jacuzzi para masajear todo el cuerpo, ¡una verdadera delicia! Nos dedicamos a ir mañana y tarde, por espacio de una hora. También íbamos a visitar Zumaia, y por la noche, jugábamos al bingo y otras a las cartas. En el bingo gané dos veces, pero la partida final la ganó siempre mi amiga y vecina Flori. 

El tiempo los primeros días fue bueno y tuvimos temperaturas de hasta 26 grados. Luego llovió, pero la temperatura era buena. Bajábamos a la playa, estaba muy limpia y preciosa, ese mar majestuoso, con sus olas de espuma blanca. Y esas rocas, de diversos colores, rosas, grises, marrones, y con sus capas duras y blandas, son llamativas y extrañas. Se denominan Flysch, tienen millones de años de antigüedad y están enclavadas en acantilados, entre Zumaia y Deba, y ocupan ocho kilómetros de longitud.

Es también  bonito mirar el mar en la noche en la terraza del hotel, y contemplar su faro y su luz. El faro está situado en el monte Atalaya. En Zumaia hay muchas cosas interesantes que visitar, entre ellas está la casa del famoso pintor Ignacio Zuloaga, quien convirtió a Zumaia en el centro de tertulias de la Generación del 98. Acudían en verano sus amigos Gregorio Marañón, Manuel de Falla, Ortega y Gasset, Pío Baroja etcétera.Tambien llego hasta allí el Rey Alfonso XIII, ya que el famoso pintor le estaba haciendo un retrato. Hay que destacar el puerto con sus barcos, sus casas señoriales, sus jardines,etc.

Transcurrieron los días, la estancia, la comida, la atención del personal y la limpieza fueron buenas, por lo tanto, tenemos que reflexionar y pensar que las personas cada una ve las cosas desde su mirada y sus vivencias, es decir es mejor opinar después de conocer el lugar, y no dejarnos influir por comentarios ajenos.    

Por cierto, también corrió un rumor por el spa, el cual decía que era malo para la salud estar mucho tiempo en el agua, pero lo primero que hay que decir que el agua de mar tiene muchos minerales (yodo, cloro, hierro, sodio, potasio, etc.) y que son buenas para la osteoporosis, enfermedades reumaticas, artrosis, para el cuidado de la piel, y que la tasoloterapia, es beneficiosa para la salud. Y que hay que usar el sentido común: no puedes estar todo el dia en el agua, pero dos o tres veces al día, se puede pasar un rato y es bueno para el bienestar de nuestro cuerpo.

Es como todo, por ejemplo, te recomiendan beber al día cinco o seis vasos de agua, pero si te bebes 5 litros al día puede ser mortal... En fin que no hay que dejarse influir por ciertos comentarios y actuar siempre con sentido común. Me dió pena abandonar el lugar, dos o tres días más, habría sido una gozada. También quiero resaltar que nos relacionamos con gente muy simpática que no conocíamos, y pertenecían al grupo. Espero con ilusión el próximo viaje, y espero sea mejor todavía.

Agur y que seáis felices.

Mari Carmen

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